lunes, 15 de febrero de 2021

Nosotras que socializamos como nos sale del coño



Aunque no suelo tener en mis redes sociales a personas, organismos o entidades afines al transactivismo por cuestiones de protección personal y por mi propia higiene mental, no puedo negar que me gusta darme una vuelta por algunos de estos medios a fin de ver qué se cuece por ahí y también con la esperanza de encontrar a alguien ¡oh vana esperanza¡ que me argumente con racionalidad y coherencia en qué conceptos fundamentan sus creencias, porque la confusión argumental que defienden es tal que son capaces de defender una cosa y la contraria. Hasta ahora no he encontrado ningún texto ni a nadie capaz de defender con argumentos sólidos eso que llaman “identidad de género” más allá de sentimentalismos y he encontrado pocas voces que puedan hacer una defensa de esto sin entrar en insultos, amenazas y con un espíritu de, al menos, respeto a la diferencia de opinión.

Hoy andaba en esos menesteres cuando he dado con un medio de comunicación trans-friendly y he leído un artículo del que no voy a hacer publicidad, pero del que sí voy a comentar unas cuantas expresiones que me han llamado la atención, por no decir que directamente han despertado mi hilaridad.

Estas expresiones han sido: “las personas socializadas como mujeres” y “las personas socializadas como hombres”. Que yo me pregunto, a ver, que una es cortita pero a ciertas cosas llega: ¿qué personas son socializadas como mujeres? ¿qué personas son socializadas como hombres? ¿con qué criterios decide la sociedad a quién va a socializar como mujer y a quién como hombre? ¿será, oh sorpresa, que a quienes se socializa como mujeres son mujeres, ya sabéis, hembras humanas, y que a quienes se socializa como hombres son hombres, los machos de la especie? ¿a qué viene entonces tantos circunloquios lingüísticos para no decir lo que todos sabemos, que las mujeres nacemos con vagina y los hombres con pene y que partiendo de esta realidad material se nos socializa en el género correspondiente? Vale sí, dirá la autora del texto, es que hay hombres y mujeres nacidos en cuerpos equivocados. ¿¿¿Mande???? Nacemos en el cuerpo que nacemos, el sexo ni se lee ni se interpreta, es lo que es, ni bueno ni malo, es una realidad material, pero aun haciendo un ejercicio de fantasía que supusiera que realmente se puede nacer en el cuerpo equivocado porque existen almas o cerebros o esencias masculinas y femeninas que se equivocan de recipiente, esas personas “al ser leídas” al nacer por sus cuerpos equivocados estarían recibiendo la socialización del cuerpo “leído”, de modo que los transfemeninos, llamados mujeres trans, son socializados como hombres porque al nacer fueron “leídos” como hombres y las transmasculinas, llamadas hombres trans, son socializadas como mujeres porque al nacer fueron “leídas” como mujeres. En esta línea las personas socializadas como mujeres serían tanto las mujeres como las transmasculinas y las personas socializadas como hombres serían los hombres y los transfemeninos, de modo que biología y socialización van a la par. Entonces, ¿en qué realidad material se basan que no es ni la biología ni la socialización para decir que son del sexo contrario?

Lo peor de todo esto es que, acudiendo al sentimentalismo, estamos faltando el respeto a la razón, a la ciencia y al simple sentido común. Esto no quiere decir que las personas que sufren disforia o que se salen de los mandatos de género no deban ser respetadas, todo lo contrario, aplaudo a los que no se conforman y en esas estamos las feministas radicales, en la lucha por abolir el género para que todas y todos, niñas y niños, mujeres y hombres, podamos ser lo que queramos y no lo que la socialización nos impone, porque esa es la verdad, que nosotras no socializamos, nos socializan, que ya quisiéramos poder socializar como nos saliera del coño.

 

Patri Arcadas